Escuchaste mal, definitivamente ¡yo soy normal!
Las familias de oyentes pueden conversar entre ellos desde diferentes cuartos en la casa siempre y cuando no haya ruidos o bulla en los alrededores. En cambio, las familias sordas pueden mantener una conversación a través de un cuarto lleno de gente siempre y cuando no haya muchas personas demasiado altas y cabezonas de pie entre las personas que se están comunicando. Es como la calcomanía que se ve en esos camiones de 18 ruedas que dice “Si no puedes ver mis espejos, entonces no te puedo ver”. Excepto que en este caso sería más bien: “Si no me puedes ver, entonces no te puedo oír” Así que no importa si eres un coche atrapado detrás de un camión grande o una persona sorda atrapada detrás de una gran cabeza, a veces lo que tienes que hacer es solo moverte.
En una familia oyente, uno puede ser regañado por hablar con la boca llena de comida. En una familia de sordos, podemos de manera eficiente comer y señar (hablar en lengua de señas) al mismo tiempo, solamente que nos regañan cuando hablamos con un cuchillo en la mano. La etiqueta de mesa trata de gobernar a todo el mundo algunos optan por seguir dichas normas y otros optan por evolucionar; estos individuos evolucionados se conocen ahora comúnmente como las personas Sordas.
Cuando un niño de una familia oyente está molesto pueda que reniegue en voz baja o reniegue susurrando. Cuando yo me enojaba con mis maestros lo que hacía es deletrear malas palabras escondiéndolas donde nadie me las podía ver, en los bolsillos de mi pantalón. Por si acaso, el castigo por decir malas palabras no era precisamente que nos laváramos las manos con jabón. Aunque con este ejemplo no estoy queriendo buscar cuál sería el castigo para este tipo de situación, siempre diría que dejáramos que el castigo se ajustara al crimen. Castiguen mi mano por el desliz de mis dedos, pero no la inocencia de mi “lengua”. Es curioso, en estos casos, yo siempre terminaba con un sabor amargo en mi boca, mientras que mis dedos todavía tenían esa suciedad depositada en mis uñas dibujando una sonrisa de media luna.
Las familias de oyentes casi nunca se miran a los ojos cuando hablan. Al parecer las familias normales no aprecian el valor del contacto visual; les hace sentir incómodas. Las únicas veces que las familias de oyentes se miran y encierran sus miradas los unos a los otros es cuando están discutiendo. En mi familia sorda nosotros debemos mantener ese contacto visual siempre excepto cuando discutimos. Me imagino que durante las discusiones, en algún momento las personas sordas desean tomarse el tiempo para reevaluar aquella comodidad de verse el uno al otro.
¿Que si mis padres pueden tener relaciones sexuales, cómo crees que llegue aquí? ¿Quién crees que me enseñó a montar bicicleta? ¿Tus padres compran libros en braille que están de oferta en la tienda de Barnes and Blind (ciego)2, por qué comprarían los míos? Tus padres asientan sus cabezas al sonido de tus palabras mientras llegan a sus oídos; las pupilas de mis padres se dilatan con gozo cuando en frente de sus ojos conduzco una sinfonía de señas mientras ellos parpadean sus corneas en señal de entendimiento ¡“Ah, ah, sí!” La capacidad de comprender y ser comprendido; de oír y que tus pensamientos sean escuchados, sea de manera figurativa o literal, eso es lo que más importa.
Yo seré el primero en declarar con orgullo que nuestras familias son diferentes, pero no te atrevas a decir que la mía no es normal. Normal es cuán normal se puede ser. Cada familia es diferente a su manera, entonces ser diferente como son todas las familias hace que tu familia sea normal. Mi familia se hace normal por las diferencias que nuestras familias comparten. Ser diferente es el resultado de nuestras experiencias, que son totalmente individuales. Entonces las diferencias son las únicas cosas que sin excepción de edad, raza, género, religión y cultura compartimos todas las personas. Creo que puedo decir que después de todo ser diferente no es tan diferente.
4 comentarios:
Excelente trabajo Erik!... lograste captar la verdadera escencia de nuestra historia de vida... nuestra lengua y barreras sociales nos conecta aun mas a nuestros padres y nos permite desarrollar una conexion a un nivel mas personal que el socialmente comun..asi que, aunque diferente creo que incluso alcanzamos un mejor nivel que el del nucleo familiar promedio... Gracias por sacar el tiempo y hacer tan buen trabajo...
¡Felicitaciones por tu lealtad familiar! Pero... no hablo de tu caso, sino del 90% de los sordos adultos que son iletrados, que no tienen acceso a la lengua escrita y que no pueden darles a sus hijos la información que recibe habitualmente todo niño oyente. Los padres sordos no siempre hablan con sus hijos en lengua de señas y no siempre sus hijos son usuarios competentes de esa lengua. No dudo de que puedan hacer el amor ni dudo de que puedan hablar debajo del agua... Pero lo importante no es hablar, sino lo que se habla. Y la gran mayoría de sordos señanbtes tienen, debido a una educación errada, carencias de lenguaje y limitaciones cognitivas. Nadie duda de que vos sean normal, Erik, pero no pudiste recibir de tus padres sordos muchas cosas que reciben los niños de padres oyentes. Y no decís nada de tu trabajo de intérprete. ¿O es que, caso excepcionalísimo, no hiciste esa función desde tu más tierna infancia? No podés esconder la cabeza como el avestruz. Te queda algo afuera...
Me encanto!!! Quién de los nosotros no ha vivido esto?? Creo que cada Hopa que lea esto se sentirá identificado.
👏👏👏👏👏👏👏
Publicar un comentario