martes, 26 de junio de 2012

Escuchaste mal, definitivamente ¡yo soy normal!

Escuchaste mal, definitivamente ¡yo soy normal!


Por Erik Witteborg
Segundo Puesto – No Ficción Creativa
Calliope Best in Publication 2008
Texto original en inglés (You’ve Heard Wrong, I’m Deaf-initely Normal)

¿Pueden tus padres tener relaciones sexuales? ¿Pueden tus padres montar bicicleta? ¿Ah, entonces tus padres pueden leer braille? Cualquier persona que lea estas preguntas se vería obligado a imaginar que mis padres tienen algún tipo de afección en las piernas, problemas con la vista, o indisposición de la región genital. Sin embargo, preguntas como estas fueron muy comunes durante mi infancia. Parece ser que tener padres Sordos le hacía pensar a la gente que en casa yo llevaba una vida extraña y anormal. Pregunto, ¿El hecho de que las cosas que para mí son normales, y que para otros son diferentes, hace que las mías sean anormales? ¿Podría ser que todos somos normales en diferentes maneras? ¿Es relativa la normalidad?

“¡Marco Polo!”1 Es lo que las familias “normales” se dicen unos a otros cuando juegan en la piscina. Mi familia, injustamente marcada como familia menos privilegiada, puede permanecer bajo el agua y tener conversaciones en lengua de señas. Entonces, les suplico que me digan cuál de estas dos familias es la menos privilegiada en esta piscina de tamaño olímpico. Voy a quedarme en el agua junto a los peces hasta que la fuerza de esta revelación haga que sus flotadores se desprendan. ¡Socorro! ¡Salvavidas!!

"¡COF, COF!"(toser, hacer sonido con la garganta) es lo que he visto hacer a los padres de mis amigos cuando quieren llamar la atención el uno al otro. ¡PON, PON, PON, BUM, BUM, BUM¡ son vibraciones que viajan a través del piso, la mesa, pared o cualquier otra superficie cerca y son enviadas a los sensores de la persona sorda a quien estamos tratando de llamar. Prender y apagar el interruptor de luz rápida y repetidamente es como llamamos la atención de las personas en un lugar. Así como se lanza el anzuelo para pescar los peces, así mismo agito y muevo mis manos hasta que éstas alcancen el área periférica visual de mis padres hasta finalmente “pescar sus ojos” y su atención, al final atención es atención.

Las familias de oyentes pueden conversar entre ellos desde diferentes cuartos en la casa siempre y cuando no haya ruidos o bulla en los alrededores. En cambio, las familias sordas pueden mantener una conversación a través de un cuarto lleno de gente siempre y cuando no haya muchas personas demasiado altas y cabezonas de pie entre las personas que se están comunicando. Es como la calcomanía que se ve en esos camiones de 18 ruedas que dice “Si no puedes ver mis espejos, entonces no te puedo ver”. Excepto que en este caso sería más bien: “Si no me puedes ver, entonces no te puedo oír” Así que no importa si eres un coche atrapado detrás de un camión grande o una persona sorda atrapada detrás de una gran cabeza, a veces lo que tienes que hacer es solo moverte.

En una familia oyente, uno puede ser regañado por hablar con la boca llena de comida. En una familia de sordos, podemos de manera eficiente comer y señar (hablar en lengua de señas) al mismo tiempo, solamente que nos regañan cuando hablamos con un cuchillo en la mano. La etiqueta de mesa trata de gobernar a todo el mundo algunos optan por seguir dichas normas y otros optan por evolucionar; estos individuos evolucionados se conocen ahora comúnmente como las personas Sordas.

Cuando un niño de una familia oyente está molesto pueda que reniegue en voz baja o reniegue susurrando. Cuando yo me enojaba con mis maestros lo que hacía es deletrear malas palabras escondiéndolas donde nadie me las podía ver, en los bolsillos de mi pantalón. Por si acaso, el castigo por decir malas palabras no era precisamente que nos laváramos las manos con jabón. Aunque con este ejemplo no estoy queriendo buscar cuál sería el castigo para este tipo de situación, siempre diría que dejáramos que el castigo se ajustara al crimen. Castiguen mi mano por el desliz de mis dedos, pero no la inocencia de mi “lengua”. Es curioso, en estos casos, yo siempre terminaba con un sabor amargo en mi boca, mientras que mis dedos todavía tenían esa suciedad depositada en mis uñas dibujando una sonrisa de media luna.

Las familias de oyentes casi nunca se miran a los ojos cuando hablan. Al parecer las familias normales no aprecian el valor del contacto visual; les hace sentir incómodas. Las únicas veces que las familias de oyentes se miran y encierran sus miradas los unos a los otros es cuando están discutiendo. En mi familia sorda nosotros debemos mantener ese contacto visual siempre excepto cuando discutimos. Me imagino que durante las discusiones, en algún momento las personas sordas desean tomarse el tiempo para reevaluar aquella comodidad de verse el uno al otro.

¿Que si mis padres pueden tener relaciones sexuales, cómo crees que llegue aquí? ¿Quién crees que me enseñó a montar bicicleta? ¿Tus padres compran libros en braille que están de oferta en la tienda de Barnes and Blind (ciego)2, por qué comprarían los míos? Tus padres asientan sus cabezas al sonido de tus palabras mientras llegan a sus oídos; las pupilas de mis padres se dilatan con gozo cuando en frente de sus ojos conduzco una sinfonía de señas mientras ellos parpadean sus corneas en señal de entendimiento ¡“Ah, ah, sí!” La capacidad de comprender y ser comprendido; de oír y que tus pensamientos sean escuchados, sea de manera figurativa o literal, eso es lo que más importa.

Yo seré el primero en declarar con orgullo que nuestras familias son diferentes, pero no te atrevas a decir que la mía no es normal. Normal es cuán normal se puede ser. Cada familia es diferente a su manera, entonces ser diferente como son todas las familias hace que tu familia sea normal. Mi familia se hace normal por las diferencias que nuestras familias comparten. Ser diferente es el resultado de nuestras experiencias, que son totalmente individuales. Entonces las diferencias son las únicas cosas que sin excepción de edad, raza, género, religión y cultura compartimos todas las personas. Creo que puedo decir que después de todo ser diferente no es tan diferente.



1 Marco Polo es un juego de piscina que consiste en que la persona designada como Marco debe decir “MARCO” y los demás tienen que decir "POLO". Marco tiene que encontrar a los otros jugadores utilizando su sentido del oído para detectarlos. Es como la gallinita ciega pero en el agua.

2 Barnes and Noble es una tienda de libros muy popular en los Estados Unidos.

4 comentarios:

Excelente trabajo Erik!... lograste captar la verdadera escencia de nuestra historia de vida... nuestra lengua y barreras sociales nos conecta aun mas a nuestros padres y nos permite desarrollar una conexion a un nivel mas personal que el socialmente comun..asi que, aunque diferente creo que incluso alcanzamos un mejor nivel que el del nucleo familiar promedio... Gracias por sacar el tiempo y hacer tan buen trabajo...

¡Felicitaciones por tu lealtad familiar! Pero... no hablo de tu caso, sino del 90% de los sordos adultos que son iletrados, que no tienen acceso a la lengua escrita y que no pueden darles a sus hijos la información que recibe habitualmente todo niño oyente. Los padres sordos no siempre hablan con sus hijos en lengua de señas y no siempre sus hijos son usuarios competentes de esa lengua. No dudo de que puedan hacer el amor ni dudo de que puedan hablar debajo del agua... Pero lo importante no es hablar, sino lo que se habla. Y la gran mayoría de sordos señanbtes tienen, debido a una educación errada, carencias de lenguaje y limitaciones cognitivas. Nadie duda de que vos sean normal, Erik, pero no pudiste recibir de tus padres sordos muchas cosas que reciben los niños de padres oyentes. Y no decís nada de tu trabajo de intérprete. ¿O es que, caso excepcionalísimo, no hiciste esa función desde tu más tierna infancia? No podés esconder la cabeza como el avestruz. Te queda algo afuera...

Me encanto!!! Quién de los nosotros no ha vivido esto?? Creo que cada Hopa que lea esto se sentirá identificado.